Solsticio de Verano 2022

Por: José Filiberto Rivera Medellín

Fresnillo,(03-07-2022).- Para entender el significado e importancia de los solsticios y del porqué de su relevancia en varias culturas y épocas de la humanidad es importante entenderlos primero desde el punto de vista de la astronomía, a razón de esto empezaré este trabajo sobre el solsticio en la relación entre nuestro planeta y el sol.

La tierra tiene dos movimientos principales, el primero es de rotación alrededor de su propio eje, generando así la medición de tiempo que llamamos día, la relación es de una rotación por día. El segundo movimiento, es de traslación alrededor del sol, generando la medida de tiempo que llamamos año, la relación es de una traslación por año. Cada traslación ocupa entonces 365, 25 rotaciones. Es decir, cada año tiene 365, 25 días. Adicionalmente, debemos tener presente que nuestro planeta al girar alrededor del sol mantiene una variación de su inclinación con respecto al plano solar. Esta inclinación alcanza su mayor grado de variación en dos momentos de su traslación, esta es de 23, 5 grados.

Los solsticios son los dos puntos en los que la órbita de la Tierra tiene esta mayor inclinación con respecto a los rayos solares, marcando así el inicio de las estaciones de invierno y de verano. Aquí se genera la apariencia de que el Sol, en una parte del año, está por debajo de la Tierra, mientras que en la otra parte del año parece estar por encima, y los solsticios son los dos momentos en que parece estar “más por encima” y “más por debajo”.

Durante los solsticios, los días y las noches son de duración máxima. El día más largo del año ocurre en el solsticio de verano, mientras que el solsticio de invierno tiene lugar la noche más larga, siempre refiriéndonos a nuestro hemisferio, nuevamente, en el hemisferio norte sucede a la inversa.

La denominación de solsticio viene de que durante los días previos y posteriores el Sol parece levantarse y acostarse en los mismos puntos del horizonte y permanecer un tiempo mayor en dicha posición. Solsticio viene del latín “solstitium”, que significa “sol quieto” o “sol detenido”.

Los solsticios han sido celebrados por todas las culturas ancestrales de la historia. Griegos, Romanos o Celtas celebraban con verbenas, música y danzas que incentivaran a las fuerzas de la naturaleza, para influir en el destino próximo inmediato, tener buena suerte, un buen amor, o pedir salud y prosperidad a dichas fuerzas naturales.

Las celebraciones griegas en honor al dios Apolo que marcaban el solsticio de verano con sus hogueras purificadoras pidiéndole que no dejase en tinieblas a su pueblo, creían que la magia del solsticio abría las puertas de lo incógnito y por un breve lapsus el hombre podría gozar de los privilegios de los dioses; de ahí la leyenda griega de poder traspasar los espejos o visitar mundos paralelos.

En México los guerreros Aztecas se caracterizaban por su sentido del deber con respecto al vínculo con el Sol y la “renovación de los fuegos”. Los Mayas de la Península de Yucatán y Mesoamérica continúan hoy en día, tal cual sus antepasados de centurias atrás, celebrando con ritos, cánticos, vestimentas y comidas, la magia del solsticio para sembrar y obtener buenas cosechas. Los indígenas norteamericanos siguen perpetuando sus ritos mágico-simbólicos entre hogueras y danzas solares.

El solsticio de verano, alegre, triunfo de la luz, aunque paradójicamente siendo la majestad de la eclosión es también el principio de descendimiento. Como contrapartida, el de invierno siendo triste augurio de sombras melancólicas, es inicio en su propia expresión de una fase de crecimiento y de un camino abierto hacia la plenitud.

Jano, como personaje mitológico, asoma inicialmente en la mitología hindú primitiva. Como dios de la naturaleza era guía de las almas, y como a Osiris, se le llamaba Sol teniendo bajo su custodia las puertas de Oriente y Occidente. Janus, para los romanos, era el dios que presidía el ingreso del Sol en los hemisferios celestes, el dios de la iniciación a los misterios y al mismo tiempo el dios de las corporaciones de artesanos.

Comúnmente se asume como patronos de la Masonería Universal conocida como simbólica o azul a Juan Bautista y a Juan Evangelista, en los que se representa las dos fiestas solsticiales emanadas de la antigüedad, el primero la del verano y la del invierno el segundo. La tradición masónica las ha hecho celebraciones obligatorias y se auspicia, como reconocimiento de su impronta ceremonial, que es momento adecuado para llevar a cabo Asamblea General en Grandes Logias y Tenida Magna y Solemne en Logias regulares. Asimismo, es preceptivo en el solsticio de verano la elección de Grandes Maestros, Venerables y Dignatarios.

El Sol es, por sí solo, un símbolo masónico de suma importancia. La logia, en esencia, es una simbolización del Universo con un territorio enmarcado por piso terrenal y su techo celestial. El Venerable Maestro ilumina simbólicamente el taller con su sabiduría cual el Sol que comienza su esplendor desde Oriente. El primer Vigilante simboliza al Sol en el ocaso al Occidente y el Segundo Vigilante simboliza al Sol al Mediodía en la escala del tránsito.

Para la Masonería el solsticio de verano contiene una profunda significación filosófica pues representan en la dualidad, la luz y la vida.

El solsticio de verano, nos recuerda que es momento de cambios, hagamos, pues, que el solsticio que celebramos el día de hoy, nos haga sentir la perfección con que el Gran Arquitecto Del Universo hace sus cosas, alimento de nuestro espíritu, a fin de que se convierta en semilla de la fraternidad, la misma que caída en terreno fértil genera un frondoso y fuerte árbol, cuyas ramas se extienden como amparo para nuestro hermano, para nuestro semejante, ávido de alimento corporal y espiritual, sediento de justicia y de libertad, inquieto para lograr el respeto a sus ideas, buscador incansable de un centro de unión en el que reine la tolerancia para los conceptos religiosos, políticos, culturales y demás.

Al celebrar los solsticios, nuestra orden nos evoca la estrecha relación que existe entre el ser humano y la naturaleza; el Sol rige el comportamiento del hombre y su entorno y por eso que en esta fiesta solsticial celebramos el inicio. Con el solsticio de verano germina la semilla que el hombre sembró en aquella tierra fértil que durante el invierno se dedicó a trabajar. Con el solsticio, en el Masón debe aparecer poco a poco aquella piedra cúbica que durante todo el año se dedicó a desbastar. Y nada gratifica más al final del camino que haber empleado la vida construyendo verdades.