Octavio Paz, el poeta moderno

Por José Filiberto Rivera Medellín/// Ágora Digital

  • Un poema es un objeto hecho del lenguaje, los ritmos, las creencias y las obsesiones de este o aquel poeta y de esta o aquella sociedad. Es el producto de una historia y de una sociedad, pero su manera de ser histórico es contradictoria». Octavio Paz

Zacatecas,(05-04-2023).-Nace un 31 de marzo en Mixcoac, en la Ciudad de México y es en las primeras dos décadas de vida, cuando da muestra de su excelsa poesía al escribir sus libros de poemas: “¡No pasarán!” y “Raíz del hombre”, donde podemos leer:

No hay vida o muerte,

tan sólo tu presencia,

inundando los tiempos,

destruyendo mi ser y su memoria.

En el amor no hay formas

sino tu inmóvil nombre, como estrella.

En sus orillas cantan

el espanto y la sed de lo invisible.

     En la década de los noventa escribe Paz: “Aunque he publicado muchos libros en prosa, mi pasión más antigua y constante ha sido la poesía…muy pronto el hecho de escribir poemas, un acto a un tiempo misterioso y cotidiano, comenzó a intrigarme: ¿por qué los hombres componen poemas?, ¿cuándo comenzaron a componerlos? La reflexión sobre la poesía y sobre los distintos modos en que se manifiesta la facultad poética se convirtió en una segunda naturaleza”.

La poesía es tanto más real por ser la presencia de la forma en la historia, que a la deshumanización social opone la humanización violenta y vehemente del lenguaje y dice: “La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior”.

     El historiador y ensayista Enrique Krauze uno de los más avanzados discípulos de Octavio Paz, lo ha definido como hombre de su siglo. Esta definición, aplicable a más de uno de los intelectuales del siglo XX, puede entenderse de varias formas; como hombre cuya vida inicia y termina en este periodo o bien, como un intelectual que dedicó su esfuerzo reflexivo y creador a escribir sobre el siglo XX y los hombres y las mujeres que lo habitaron; o, también, como un crítico que analiza con elementos perspectivos de este siglo las creaciones de siglos anteriores.

     La posición crítica de Octavio Paz, equilibrada entre la tradición y la ruptura, se presenta para algunos autores como el arquetipo intelectual de este periodo. Como ejemplo de esta visión está la española Fanny Rubio, para quien Octavio Paz es el gran intelectual, sin par en su momento, en lengua española.

     Octavio Paz, al igual que otros intelectuales, no es el inventor de la crítica, pero, sin duda, es uno de los ejecutores de mayor peso y aprecio en esos momentos. A tal grado se corporeiza la crítica en su espíritu que se transforma en una de sus premisas, impulsándolo a afirmar que el sello distintivo del siglo XX es la modernidad y de ésta, la crítica se constituye en su instrumento más importante.

     En 1990, Octavio Paz es galardonado con el Premio Nobel de Literatura. La figura de Paz alcanza dimensiones megatónicas en el mundo intelectual mexicano y latinoamericano, en esa ocasión Paz asegura que las: “lenguas son realidades más vastas que las entidades políticas e históricas que llamamos naciones”. Con ello, Paz, por ser un autor en lengua española, pretende hacer suya la tradición que ésta alberga; de tal suerte, que ya no es un poeta y ensayista mexicano del siglo XX, sino un heredero y continuador de los hombres que pretender hacer, de la literaria, una tradición transcontinental y una continuidad histórica.

Con esta interpretación, Paz se suma a una historia que incluye a los poetas y escritores de mayor influjo en lengua española. Asimismo, se ubica como partícipe del renacimiento americano de la literatura del siglo XX, que abarca desde el modernismo dariano con que se abre el siglo, hasta las manifestaciones de antecedentes surrealistas que con diversos nombres florecieron en América y que ahora moribundas asoman sus cuencas vacías en el siguiente milenio. Por ese hecho, Paz ya no es temporalidad de hombre sino historicidad literaria americana. En él se cumple su sentencia: “La gran novedad de este siglo, en materia literaria, ha sido la aparición de las literaturas de América”, acto que, para cumplirse, demanda la aparición de los escritores americanos de este siglo.