Reflexiones desde Júpiter

Profeta apesadumbrado

Por Gabriel Páramo

Mercurio

Ciudad de México.- (26-03-2021).-A un año de inicio del confinamiento por Covid, las cifras oficiales en México son, por decir lo menos, desalentadoras. No hay tratamiento específico, vacune que cure la plaga y ni siquiera una comprensión cabal de los cómo enferma el virus. Los muertos, unos 200 mil y los enfermos, bastante más de dos millones, se siguen acumulando y lo que en los ominosos “datos duros” es terrible, en experiencia humana, en los datos que para una parte de los investigadores solo es anécdota, es, simplemente, trágico.

Venus

Como nunca desde el final de la Revolución, los mexicanos estamos como si viviéramos en una situación de guerra generalizada en la que virtualmente cualquiera puede ser víctima. La madre de familia sonriente con hijos pequeños; el joven que se esfuerza en marcar la diferencia en su primer trabajo; el viejo que se creyó la falsedad de la vejez tranquila y, claro, el malandro, el corrupto o el inútil famoso. Tal vez si eres muy rico no te salves, pero la indignidad de la muerte sea más llevadera.

Tierra

Como en la guerra, no solo se están perdiendo vidas humanas. Se pierden costumbres, tradiciones. Una generación de niños y jóvenes está creciendo lejos de las aulas de clase, los cines y los museos se ven como las historias lejanas de los abuelos, las comidas familiares tienen el estigma de la imprudencia y el peligro. La gente comienza a dividirse entre los que no salen salvo que no quede otro remedio, los que salen a la menor provocación o los que no tienen mayor opción que estar afuera. Y rencor entre estos grupos va creciendo.

Marte

Además, mucha gente debe seguir saliendo a trabajar en un sistema de transporte destruido sistemáticamente por las políticas neoliberales desde hace tres décadas; millones de personas siguen haciendo su vida en la calle porque no tienen otro lugar donde hacerla. Además, millones de personas siguen creyendo que más que un virus que se contagia por el aire, es un “virus que solo se contagia por personas desconocidas”, “una enfermedad que no viaja en coche” o “un bicho que solo da a los otros”, por lo que siguen saliendo a comer, de vacaciones, a besarse con la pareja, sobre todo alentados por figuras públicas que debieran estar en cuarentena y no lo hacen, se fotografían en destinos turísticos y, luego que enfermaron y los dieron de alta, siguen saliendo a tomar café en la calle.

Cinturón de asteroides

Las vacaciones de Semana Santa están a unos días y los aeropuertos están llenos, porque la gente está acostumbrada a hacer lo que le viene en gana solamente guiada por la irresponsabilidad y el egoísmo. Lo que vale para aeropuertos vale para centrales camioneras, balnearios y muchos otros sitios que ven en la derrama económica de estas fechas un alivio bienvenido a meses de penurias agravadas por la ausencia de políticas públicas para paliarlas en las bases trabajadoras. Por desgracia, no se necesita ser un gran profeta para pronosticar que el resultado de estas vacaciones costará muchas vidas, mucho dolor, mucho sufrimiento.