Impacto en la Salud Mental: La Crisis de Cuidados en México

Por Sara Castañeda/// Ágora Digital

Zacatecas,(24-07-2023).-La crisis de cuidados en México, aunque a menudo pasa desapercibida, tiene un impacto profundo y significativo en la salud mental de quienes la enfrentan directa e indirectamente. Detrás de las estadísticas y cifras, se encuentran historias humanas de mujeres y familias que luchan diariamente con la sobrecarga emocional y las consecuencias psicológicas que implica asumir la responsabilidad del cuidado sin el apoyo necesario.

Gran parte del problema parte de esta división sexualizada de los trabajados, en la cual aquellos sobre cuidados recaen en las mujeres y no son distribuidos de forma equitativa entre todos los sujetos, lo que genera dobles, incluso triples jornadas de trabajo a las mujeres cuidadoras, trabajo que aporta en el ámbito social y económico, pero no es retribuido. Que, al no realizarlo, genera en las mujeres sentimiento de culpa y son señaladas por la sociedad como mujeres “desobligadas” que no atienden las necesidades de sus familias.

La falta de conciencia y aprecio por este importante trabajo, combinada con la persistencia de los roles de género estereotipados, conduce a una sobrecarga emocional para las mujeres que se ven obligadas a equilibrar múltiples roles y responsabilidades.

El estrés y la tensión asociados con el cuidado no remunerado pueden crear una sensación de agobio y agotamiento emocional. Muchas mujeres se encuentran atrapadas en un ciclo de dedicarse constantemente al cuidado de sus seres queridos mientras descuidan su propia salud física y emocional.

Además, la falta de apoyo y recursos de atención adecuados puede conducir al aislamiento social. Las cuidadoras femeninas pueden tener una capacidad limitada para participar en actividades sociales y hacer conexiones significativas fuera del entorno de cuidado. La soledad y la falta de comprensión pueden exacerbar los problemas de salud mental y reducir la calidad de vida.

La crisis de cuidados también puede afectar la dinámica familiar, generando tensiones y conflictos entre los miembros. Las discusiones sobre la distribución de responsabilidades y los desafíos económicos asociados al cuidado pueden generar fricciones, lo que afecta la cohesión familiar y el ambiente emocional en el hogar.

La falta de reconocimiento y valoración del trabajo de cuidado también puede contribuir a la estigmatización de las personas que asumen estas tareas. La invisibilización de su labor puede llevar a la percepción de que su trabajo no es importante o valioso, lo que afecta su autoestima y autoconcepto.

Para abordar esta crisis de cuidados y mitigar su impacto en la salud mental, es fundamental un enfoque integral y colaborativo. El Estado debe implementar políticas públicas que reconozcan y valoren el trabajo de cuidado, así como garantizar el acceso a servicios de cuidado de calidad. Es necesario invertir en infraestructura y recursos que alivien la carga emocional de las cuidadoras y promuevan una distribución más equitativa de las responsabilidades.

Reconocer el impacto en la salud mental de la crisis de cuidados es fundamental para impulsar cambios significativos y crear un entorno más compasivo y solidario. Al cuidar a quienes cuidan, estaremos construyendo una sociedad más resiliente y justa.