Mensaje de navidad 2023

  • «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace» Lucas 2,14

Zacatecas,(24-12-2023).-Deseo de todo corazón que el acontecimiento de navidad deje esperanza, alegría y paz a ti, tu familia y las personas que te acompañan en el camino de la vida.

1.- Otro año, otra navidad, piensan, sienten y dicen algunos en estas fechas. ¿Será así este año? Si la fiesta de Navidad es Buena Noticia, no puede ser algo que se repite y pasa sin dejar frutos.. La Navidad es buena -y siempre nueva- porque es un acontecimiento de salvación de parte de Dios quien se complace y favorece a todos sus hijos e hijas.

Pudiéramos pensar y sentir que las circunstancias que nos rodean son iguales o peores que las del año pasado. Pensamientos revueltos con miedos, aspiraciones con incertidumbres, anhelos con indiferencias…

pero ¿cabe todo esto en el corazón de un cristiano modelo 2023? No hay futuro de luz si no enfrentamos el presente con sus luces y sombras, más allá del hoy crítico hay una realidad de luz que nos envuelve y anima.

Navidad es una invitación para entrar en el Misterio de Dios y dejarnos inundar por su ternura. Si cada año nos dejamos interpelar por el «Dios con nosotros» y celebramos este acontecimiento con humildad y llenos de asombro, la vida se aclara en un horizonte lleno de esperanza, alegría y paz.

2.- Esa luz que nos envuelve y anima es la luz que se nos ha dado desde lo más alto de los cielos. Esa luz sobre toda la oscuridad se irradia desde el pesebre donde ha nacido el Salvador e ilumina a quienes dicen ver sin mirar y oír sin escuchar.

Nos dice San Agustín que, en la natividad de Jesús contemplamos cómo Aquel que es la Palabra eterna del Padre no habla, nace infante, calla por medio de la carne, pero enseña sirviéndose de los ángeles. Éstos cantan la gloria de Dios y anuncian a los pastores la llegada del Príncipe de la paz y el pastor de los pastores. Éstos, a su vez, escuchan y se movilizan. Ángeles y pastores se alegran, miran, proclaman y cantan la gloria de Dios con palabras, gestos y acciones.

Nosotros, ángeles y pastores de este siglo, somos convocados para aceptar la luz que brilla desde el pesebre, y proclamarla con alegría en los nuevos escenarios, aceptando los desafío provocados por la cultura posmoderna. Los retos no son tan diferentes a los que cristianos de todos los tiempos han tenido que enfrentar.

Creemos que no hay circunstancia por más oscura que pueda ser, que no sea iluminada como una estrella por la gloria de Dios.

La gloria de Dios va de la mano con la paz a los hombres en quienes Él se complace, los pastores no se quedaron en el estupor de la noticia, los ángeles tampoco. Salen al encuentro del niño, lo contemplan e inmediatamente proclaman la noticia en su entorno, ambos se movilizan para servir al que es Príncipe de la paz ¡y es la paz! El misterio de la navidad pone en movimiento a quienes son capaces de mirar y aceptar la cercana ternura de «Dios con Nosotros».

Paz a los hombres y las mujeres, nos suena a urgencia a quienes transitamos por el mundo en búsqueda de condiciones aceptables de vida en nuestro entorno. La necesitan las personas, los pueblos, la humanidad entera.

¿Cuándo llegará?, ¿Quién será el artesano? ¿Es posible? ¿Es factible? La esperanza no defrauda, pero necesita de decisiones, gestiones y acciones concretas.

La Navidad es un acontecimiento de salvación no para el ayer, sino para el hoy, nuestro hoy desafiado por la cultura de la muerte, por polarizaciones que destrozan el presente y comprometen seriamente el futuro, por apatías e indiferencias que inmovilizan. La salvación que anuncian los ángeles incluye la paz necesaria entre los hombre y las mujeres. Celebrar bien la navidad puede ser el momento oportuno para soñarla, promoverla, cultivarla, hacerla realidad.

4.-¡Pero hacen falta sembradores de semillas de luz, paz, amor, justicia y solidaridad! ¡Hacen falta cultivadores fieles, audaces y perseverantes! Nosotros podemos y debemos ser esos servidores que proclamen a los otros las maravillas de Dios que se sirve de los pequeños para demostrar que es posible vivir en paz, en armonía y en solidaridad creciente.

Estamos seguros que cuando la paz reside en los corazones, tiene el poder de calmar guerras, amistar pueblos, iluminar tinieblas, animar desesperanzas, cantar entre lágrimas, cantar lo increíble.

Seamos creadores y constructores de la paz de Dios que brota del corazón de quien se sabe amado y redimido y está dispuesto a hacerla visible en todos los ambientes. Seamos pastorcitos que escuchen, embajadores que anuncien la esperanza que nos anima capacita y dinamiza para vivir con sentido toda nuestra existencia.

5.- Pido a Dios que sus corazones descansen en Él para que, anunciando a todos y todas la Gloria del Señor vivan contemplando al Niño recién nacido y con ello sirvan al que es nuestra paz.

Los bendigo en este tiempo, a veces nostálgico, para que, si han perdido la paz, corran tras ella y alcanzándola, muestren a todos la alegría completa.

Que el Padre que ha enviado a su Hijo, el Espíritu que lo ha encarnado y el Emmanuel, con su fuerza para transformar los corazones, estén siempre con ustedes.

¡Feliz, comprometida misionera navidad!