Triduo Pascual, año 2024

Segundo día: Sábado Santo

¡Silencio!
Esperamos junto al sepulcro
Voces que no hablan.
Palabras que no dicen.
Ruidos que entorpecen el silencio.
Preguntas con sentido.
Silencios sin sentido.
¡No podemos quedarnos en el día séptimo de la semana!
Es Sábado Santo, año 2024.
Año de elecciones cruciales.
Abundan preguntas y silencios.
La indiferencia cuestiona la vida y a los vivientes.
El dolor humano cala hasta los huesos.
Muchos prefieren saltarse las incómodas preguntas.
Pregonan sábados de gloria sin viernes santo.
Son historias de nuestra historia cotidiana.
¿Aguardar el Domingo de Resurrección?
¿Esperar el primer día de una nueva semana?
El día del silencio es vivido con llanto y desconcierto por los
primeros discípulos.
Están conmocionados por la ignominiosa muerte de Jesús.
Mientras, la Palabra calla.
Mientras, la Vida está en el sepulcro.
Los que habían esperado en Él son puestos a prueba.
Se sienten huérfanos de todos.
Incluso… huérfanos de Dios.
Este sábado es también el día de María.
Ella lo vive con lágrimas, en silencio…
Su corazón está lleno de fe.
Lleno de esperanza.
Lleno de amor.
Aprendamos de María.
Ella vivió hasta el extremo el primer Sábado Santo.
Nos enseña que ante la crisis y la desolación no conviene hacer
cambios.
Cuando todo parecía haber terminado.
Ella mantuvo la vigilancia.
Mantuvo la esperanza en la promesa de Dios que resucita a los
muertos.
En la hora más oscura del mundo, se convirtió en Madre de los
creyentes.
Madre de la Iglesia.
Madre de la esperanza.
Al anochecer de este día, el rito litúrgico de la Vigilia Pascual y
el canto festivo del Aleluya se abrirán paso con la alegría y con
la luz en medio de la oscuridad y del silencio.
El Resucitado nos da la certeza que el bien siempre triunfa
sobre el mal.
Que la vida siempre vence la muerte.
Que nuestro fin no es descender cada vez más bajo, de tristeza
en tristeza.
Sino elevarnos a las alturas.
El último día de la semana necesita del primer día.
El sábado necesita del domingo.
No hay fin de semana sin el inicio, el día Domingo.
Los silencios escucharán la Palabra.
Mañana es Domingo de Resurrección.
María Magdalena es apóstol de la Resurrección.
El Resucitado la ha llamado por su nombre.
La Iglesia aguarda velando…
Esperamos el amanecer definitivo.