Mi cuarentena

Por: Pepe Chuy Reséndez /// Ilustración /// Cath Zuñiga

Soy José de Jesús Reséndez González, pero me conocen más como Pepe Chuy Reséndez, tengo 38 años y aunque nací en Ciudad de México, siempre he dicho que soy de Fresnillo, Zacatecas ya que ahí me crié y amo mi tierra. El 15 de marzo de este año cumplí 10 años viviendo en Guadalajara, Jalisco. 

Actualmente soy productor ejecutivo en Cosmogonía en donde junto a un gran equipo de amigos profesionales, realizamos producciones de audio, video, animación y fotografía, de igual manera soy locutor, músico y especialista en medios de comunicación. 

Al estar escribiendo esto, escucho con sentimientos encontrados que el gobierno mexicano ha declarado por fin emergencia sanitaria.

Yo en lo personal llevo desde el día 13 de marzo en cuarentena voluntaria ya que asistí a un concierto masivo el día 12 en la Ciudad de México y estuve en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por lo que intentando ser responsable conmigo y los demás me recluí.

En estos 18 días, he trasladado mi actividad al 100% a mi casa. Mucho de nuestro trabajo se ha caído por cuestiones obvias, intento junto a mi equipo ser fuerte y entender esto que estamos viviendo y aceptar y entender lo que seguramente viviremos en unas cuantas semanas. 

Es fácil mi día, me levanto, me baño escuchando las noticias de la mañana y a las 9 estoy listo para empezar mi día de trabajo, a las 2:30 empiezo a preparar mi comida, para a las 7 pm, si es que el trabajo me lo permite, saco a mi perro cerca de la casa sin tener contacto con nadie. Corro con él un kilómetro y medio y posteriormente lo dejo en casa para yo correr 5 kilómetros más.

Hasta hace algunos meses no hacía nada de ejercicio, aunque después de una operación lo tengo que hacer por disposición médica. Después llego a casa, me aseo y continúo con mi más grande pasión: la música.

Aunque a veces por el trabajo tengo que hacer música, me gusta darme mi tiempo para poder tocar o componer lo que me gusta, creo que ese es el momento favorito de mi día.

Justamente antes de que empezara esta pandemia, quería regresar a tocar en directo, en público, cosa que no hago desde hace muchos años, estaba preparándome para regresar en Mayo, según lo que los especialistas dicen no podrá ser en ese mes, pero no pierdo la esperanza que después de esto, podré cantar en público, con un toque aún más especial y emocionante que antes.

Por lo pronto lo haré digitalmente, la semana que entra espero dar un recital en directo en mis redes sociales. 

El vivir solo es un punto que de repente te quiebra, ya que a pesar de que tengo un amigo canino a mi lado que me ayuda a no sentirme mal, aquí es cuándo recuerdas qué tan ser social eres y el saber que no podré visitar a mis padres en un tiempo cercano, es quizá lo que más me duele; ya que lo hago para poder protegerlos de un posible contagio, debido a que me encuentro en una de las ciudades que tendrán más casos por la cantidad de concentración poblacional en el país. En especial mi papá está en edad de riesgo.

Creo que el tener a alguien cerca físicamente ayuda para poder platicar o sentirse apoyado, pero será para después de pasar esta pandemia. De hecho todos los días pienso en qué haré con la gente que quiero después de esto. 

De ahí en más … Creo que lo más fuerte es lidiar contigo mismo, ahora entiendo que el salir al mundo te da un descanso de tus propios miedos y de tu propio yo, así nos hemos construido en la sociedad.

Pero también me da la oportunidad de meditar en el cómo deberé reinventarme.

El pensar cada día que la vida cambiará de cómo la conocemos es entrar en una zona de miedo, pero también de aventura. Me emociona poder darme fuerzas para luchar junto a millones de seres humanos en una crisis que nos pondrá a prueba.

Nadie se espera esto, siempre las preocupaciones son otras cosas, y hoy las reglas cambian, es reconfortante saber que no estás solo en esta lucha ya que el mundo entero está así, pero da pavor saber que justamente las trincheras en las que combatiremos son  el distanciamiento y en mucho soledad.

Básicamente mi cuarentena apenas empieza como la de las demás personas en México, según veo, viene lo más difícil y vienen cosas que no sabemos hasta qué punto cambiarán nuestra vida.

Hace mucho tiempo dejé de creer en la religión que profesaba pero me encontré espiritualmente en otro camino y creo que algo que me reconforta: la ciencia, ahí mi esperanza para que la humanidad triunfe.

Me toca las fibras ver esos héroes que están sanando gente arriesgando su propia vida, a veces sin armamento más que la mínima protección, a ellos después de esto deberemos hacerles los honores más grandes, de ellos será el triunfo de esta guerra junto a las mentes brillantes que desarrollen el antiviral y la vacuna.

En la lejanía con mi mundo, en quien más pienso es en quienes amo. Cuando pueda acercarme los miraré a los ojos y seguramente con llanto en los ojos les diré lo mucho que los necesito cerca y lo mucho que los extrañé, después les daré un abrazo muy fuerte y seguiré mi camino en la vida que viene.  

Cuidémonos.