El semidesierto zacatecano: una tierra noble que merece ser escuchada

Claudia Anaya. Llegó la hora. Foto: Ricardo Nava

Por Claudia Anaya

Mazapil,Zac,(11-04-2021).-Este fin de semana regresé a una tierra a la que amo particularmente: el semidesierto del norte zacatecano. Tuve la oportunidad de saludar nuevamente a mis amigas y amigos de Cedros, de Mazapil, a las familias que en Concepción del Oro me han recibido siempre con los brazos abiertos y con una cálida sonrisa.

Esta particular cercanía se construyó desde hace ya varios años a lo largo de muchas giras de trabajo, y se fortaleció a partir de 2015, cuando hice campaña por el distrito 3 federal, con tan buena fortuna, que la gente de esa región confió en mí, manifestándolo con su voto, el cual me convirtió en diputada federal de tan noble tierra, habitada por gente igualmente noble, gente trabajadora que todo lo que espera es ser escuchada y atendida en sus legítimos anhelos y necesidades, que son muchas.

A lo largo de tres años de gestionar presupuestos extraordinarios para la interconexión de carreteras, logramos que se iniciaran las obras para las carreteras Cedros-El Jagüey y Vinateros-Villa de Cos, muy requeridas en la región. Cabe señalar que el tercer distrito representa un reto importante por su gran extensión territorial. Solamente el municipio de Mazapil mide 14 mil kilómetros cuadrados, lo que representa el doble del estado de Aguascalientes.

Por otro lado, la dispersión poblacional es muy alta. A pesar de ello, tan sólo en Mazapil he visitado más de 50 comunidades. Desafortunadamente, llevar los servicios es muy caro.

Es difícil vivir en el desierto. Por eso es tan importante hacer constantes visitas de campo, para entender la complejidad que se vive en esas regiones y no tomar decisiones desde un frío escritorio. Recordemos que en la asignación del presupuesto, todo se mide con base en indicadores. Una de las tareas de un legislador consiste en sopesar cuánto dinero se va a invertir y contrastarlo con el número de habitantes que resultarán beneficiados con las obras. Es más caro llevar los servicios a las comunidades pequeñas, de modo que el dinero termina en otros municipios o en otras comunidades más pobladas.

Este es uno de los diversos retos que implica la planeación de obras y la asignación de presupuesto. A pesar de todo, siempre le dimos buenos resultados a Mazapil. Desafortunadamente, a partir de 2018, los legisladores de la 4T no dieron continuidad a los proyectos carreteros que una servidora ya había dejado encaminados. Pobre mentalidad demostraron, al desdeñar muchas obras sólo por haber sido propuestas por el partido contrario, pasando por alto el bienestar del pueblo que los eligió.

No contentos con ello, acabaron con muchísimos programas que beneficiaban a nuestra población: Desapareció el programa 3×1 —que, por cierto, nació en Zacatecas—. Desapareció también el Seguro Popular, el programa Prospera, el Fondo Minero, eso por mencionar tan sólo algunos de los sostenes para el bienestar de familias y comunidades enteras.

Mientras estaban en campaña, nos bajaron el cielo y las estrellas. Prometieron que bajarían el precio de la gasolina, el diesel y la luz. A tres años del arribo de la 4T al poder, dichos precios, por el contrario, subieron.

En suma: Nos dieron atole con el dedo. Este 6 de junio, los zacatecanos tendrán la oportunidad de mandarlos a volar con su atole y con su dedo.