Si quieres comprobar la calidad de un platillo… métete a la cocina.

*Por María Guadalupe Colín Pedraza

Zacatecas, (30-10-2020).- En ocasiones, cuando llegamos a comer por primera vez a un nuevo sitio, nos preguntamos si lo que sirven está bien hecho, con buen sabor y preparado con las medidas de higiene necesarias; a veces nos formamos un prejuicio basado en percepciones de quienes nos dieron su opinión “imparcial”, misma que en ocasiones está basada en una experiencia personal alejada de la realidad. Pero, para poder emitir una opinión justa es necesario que personalmente lo conozcamos, lo experimentemos y, desde luego, lo evaluemos. Así es que, para opinar con certeza sobre la higiene de un restaurante o de la sazón de los tacos que normalmente degustamos, necesariamente tenemos que meternos hasta la cocina.

El ejemplo anterior lo cito porque algo parecido sucede con un proceso electoral. Podemos meternos “hasta la cocina” para conocer la realidad de la imparcialidad, equidad, objetividad, transparencia con la que el INE organiza los comicios, o podemos quedarnos con la opinión que nos compartió un amigo o conocido sobre la transparencia del proceso, o el candidato que busca llevar agua a su molino, el funcionario que se quedará sin empleo porque su partido perdió la elección próxima pasada, o la señora de la tienda que escuchó  a sus clientes comentar sobre algunos detalles ocurridos en la casilla de su sección.

En la analogía que describo existe una gran diferencia, mientras que en un restaurante difícilmente te permitirán meterte hasta la zona sagrada del Chef, en el INE te invitan a conocer personalmente todas y cada una de las etapas del proceso electoral, desarrollando actividades que, vale la pena destacar, están contempladas como ejercicio de un derecho y como cumplimiento de una de una obligación político electoral de los ciudadanos mexicanos.

¿Cómo podemos hacerlo? hay varias formas, la primera: acudir a las urnas el próximo 6 de junio de 2021, pero la cuestión no solo es acudir y marcar una opción o invalidar la boleta, o peor aún, no acudir, sólo porque escuchamos por ahí que “ya el resultado está decidido”, eso significa que ¿comeremos lo que otro elija por nosotros, aunque no nos guste? ahora que si queremos conocer el origen de los ingredientes de nuestro platillo y por qué están así preparados, podemos ir más allá, como se ha dicho, hasta la cocina. Así lo podremos hacer en el proceso electoral participando como Observador Electoral.

El observador electoral se incorporó a los procesos electorales en el año de 1994, es decir, cuatro años después de la creación del Instituto Federal Electoral (En 1990)  desde ese entonces la ley señalaba que los observadores podrían “participar de los actos de preparación y desarrollo del proceso electoral, así como de los que se llevaran a cabo el día de la jornada electoral” y que la observación podría efectuarse a título individual o de agrupaciones. En ese entonces, ante el IFE se acreditaron 251 organizaciones de observadores y un total de 86,620 observadores, que en su mayoría se concentraron en observar la Jornada Electoral.

Posteriormente, para las elecciones del año 2000 fueron acreditados un total de 38,433 ciudadanos como observadores de la elección. Recientemente, para el Proceso Electoral 2017-2018 fueron acreditados 32,520 ciudadanos como observadoras y observadores electorales. Personas, todas, interesadas en conocer un poco más del proceso de elección de sus representantes y vigilantes en la jornada electoral celebrada.

Con la analogía descrita, para conocer la calidad de nuestro platillo favorito de la misma manera que la legalidad de los comicios, es importante involucrarse en todo el proceso: desde la integración de los Consejos distritales, locales y el Consejo General (con representantes ciudadanos que vigilen las actividades en las Juntas correspondientes) pasando por las precampañas y campañas (que no excedan en los gastos asignados y respeten los tiempos establecidos, si alguno de ellos no cumple, también se tiene la posibilidad de denunciar para que se anule esa candidatura en caso de que se compruebe la infracción); hasta el día de la Jornada Electoral, cuando nuestros vecinos, conocidos, familiares o amigos, como ciudadanos seleccionados y capacitados desarrollen las actividades de recepción de los votos, escrutinio y cómputo de los mismos, con la presencia de representantes de los partidos políticos, en su caso, de candidatos independientes; y, desde luego, con la presencia de los propios Observadores Electorales.

La invitación es para todas y todos, ciudadanos interesados en el proceso electoral, participemos como Observadores Electorales, podemos llegar “hasta la cocina”. Que no le sorprendan los resultados de la elección, seamos parte de ella y demos testimonio de sus seguros y cuidados ingredientes.

La autora es Vocal Ejecutiva de la Junta Distrital Ejecutiva 01 del INE en Fresnillo.