Los Pinos son para la gente

Por Gabriel Páramo/// Ágora Digital

Mercurio

Ciudad de México,(04-05-2022).- Yo creo que muchas de las decisiones del presidente López Obrador han sido equivocadas, aunque no por las razones que suelen esgrimir los conservadores, sino todo lo contrario, porque se han quedado a medias o han priorizado lo moral a la convicción ideológica, lo personal a lo social. Como ejemplo, acabar con las estancias infantiles “porque son corruptas” y dar el dinero directamente a las madres de familia no es adecuado. En todo caso, castigar a los corruptos, meterlos a la cárcel y hacer que las estancias, tuteladas por el Estado, funcionen. La educación y el cuidado de los niños deben ser un esfuerzo social, colectivo, no atomizado e individual.

Venus

Sin embargo, no puedo dejar de reconocer los aciertos y uno de ellos, por nimio que pudiera parecer a la gente y a los expertos, es la ciudadanización de Los Pinos, ese conjunto de construcciones, oficinas, viviendas y jardines en la que los presidentes de la República vivieron durante décadas, cada vez rodeados de más lujos del todo incongruentes con una realidad supuestamente republicana. “Las personas van a arruinar las maderas finas de los pisos”, se quejaban muchos. Yo me pregunto por qué diablos tendría que haber maderas finas en la casa del presidente de un país lleno de rezagos.

Tierra

Desde 1934 hasta 2018, Los Pinos, ubicados en un área privilegiada del bosque de Chapultepec en la Ciudad de México. Lázaro Cárdenas decidió ocupar el que en su época se describía como “un chalet tipo inglés”, en donde había sido la hacienda de La Hormiga. La casa original, ahora conocida con el nombre del expropiador del petróleo, fue residencia oficial suficiente para él y para Manuel Ávila Camacho; le quedó chica a Miguel Alemán, quien mandó construir una casa más grande y comenzó a usar el lugar como sede alterna del Poder ejecutivo de la nación.

Marte

Para mí, es emocionante ver cómo ese lugar que durante lustros estuvo reservado a los poderosos e influyentes, ahora se llena de personas de todos los niveles socioeconómicos del país. Niños, jóvenes, mujeres, ancianos, tienen un espacio de cultura y esparcimiento en el que la consigna pareciera ser “que el lugar siempre esté lleno, que siempre haya actividades, que la gente lo sienta suyo”. Grupos musicales, teatreros, artistas de comunidades indígenas, artesanos, intelectuales, pueblo común, todos se dan cita en una verdadera fiesta popular continua.

Cinturón de asteroides

La justicia debe ser redistributiva como única forma de alcanzar, algún día, la igualdad. Dar la residencia de Los Pinos a la gente, con todas sus maderas finas, sus jardines y obras de arte, es devolverle lo que legítimamente le pertenece pues su existencia fue posible por el uso de recursos provenientes de la Nación que, como sabemos, origina el pueblo.