Los otros migrantes de Zacatecas

Por Gerardo Romo/// Agora Digital.

Ciudad de México.- Reparten comida al que la pide, o sin pedirla. Barbacoa, asado de boda (carne de puerco en chile rojo), taquitos de queso en tortilla hecha a mano, barbacoa, tunas, dulces, carne asada, agua fresca y mezcal. 

El amor entra por el estómago y los zacatecanos lo saben. «Aquí estamos esperando a nuestros paisanos con un taquito», dice Humberto López Navarro, oriundo de Pinos, tierra del mezcal Huitzila y campesinos que adoran la tierra y la conocen mejor que nadie, siembran frijol y sobreviven a la adversidad.

 Los paisanos de Ramon López Velarde, Francisco Goitia Manuel M Ponce y Francisco Garcia Salinas, hacen de la tercera sección del bosque de Chapultepec una sala de la casa común para 22 mil personas donde mostraron el corazón de su anfitrionia. Hacer el bien si mirar a quien. Celebran el 69 aniversario del Día del Zacatecano.

 En esa sala hay  baile con la Sonora Santanera, tamborazo y mariachi de Valparaíso, municipio migrante, como los 57 restantes. Un millón 500 mil viven en Estados Unidos y 450 mil lo hacen en el Valle de México. «Me vine acá hace 55 años a estudiar, tengo 3 hijos y una hija nacidos en la Ciudad de México, pero tres veces al año vamos a nuestra tierra», dice don Humberto. Porta un sombrero con la leyenda «Zacatecas» en dorado reluciente.

Esta fiesta es incluyente, caben todos, también los políticos aprovechan, se dejan ver, saludan, sonríen, como si estuvieran en campaña. Ahí aparece el senador José Narro, el sonriente alcalde capitalino Ulises Mejía y el Charro de Jerez Toño Aceves, panista más ocupado en los caballos que le gustan que en sus gobernados, eso dicen algunos de sus paisanos.

Y el gobernador Alejandro Tello prueba una salsa especial con tostadas, y se sienta a la mesa junto a su esposa, la doctora Cristina Rodríguez y sus hijos al lado de las reinas Zacatecanas en la Ciudad de México, coronadas, felices, con una banda del hombro a la cintura. El sol se oculta, la fiesta termina y don Humberto, mañana abrirá su refaccionaria en la colonia Condesa. La vida sigue, y la alegría también.