El recuento de los daños

Por Gabriel Páramo///Ágora Digital

Mercurio

Ciudad de México,(23-02-2022).- Dos años, semanas más o menos, en los que la pandemia provocada por el COVID 19 cambió drásticamente nuestra vida, nuestras rutinas, nuestra forma de ser. Dos años en los que, definitivamente, hemos tenido que replantearnos ideas, valores, formas de convivencia. Ya nada es igual, por más que queramos. Lugares, costumbres, formas de hacer las cosas cambiaron de manera abrupta.

Venus

Supongo que la mayoría de los mexicanos supusimos que la cuarentena no podría durar mucho, acaso unas semanas, porque esta era la información que recibíamos, pero estas semanas fueron convirtiéndose primero en meses y luego en años. La mayoría no teníamos prevista una situación así, ¿cómo podríamos haberlo siquiera imaginado?

Tierra

Las primeras semanas estuvimos guiados por el miedo a la enfermedad, a lo desconocido, a las muertes que parecían llegar de  improviso y desgajaron familias. Las reacciones fueron en gran medida guiadas por la intuición, que luego se hizo costumbre, tedio. A medida que empezamos a contar en meses el encierro, nos adaptamos al trabajo a distancia, las clases en línea, a pedir por internet comida y despensa… cuando había posibilidad.

Marte

Porque para millones de mexicanos, esta posibilidad simplemente no existió, ni siquiera de manera teórica. Millones de personas siguieron con su rutina, trabajando (por cierto, entre ellos las personas que entregan a domicilio), los conductores de transporte público, muchos integrantes del mal llamado comercio informal. Para ellos, solo quedó el miedo, no el cuidado ni el aislamiento.

Cinturón de asteroides

Ahora, casi mágicamente, por decreto, se ha decidido que la pandemia ha terminado. Es cierto que se hizo un esfuerzo nacional titánico para vacunar decenas de millones de personas varias veces; es verdad que el cubrebocas llegó, aparentemente, para formar parte del atuendo cotidiano de los habitantes de las grandes ciudades. Ahora queda reconstruir, y aprender de esta enfermedad y los modos de actuar de gobierno y sociedad. Más de 300 mil muertos (según CONACYT) y millones de contagiados lo merecen.